Garantizar el derecho de asilo
Estas últimas semanas, a raíz de la llegada a Bayt al-Thaqafa de 13 personas procedentes de Afganistán, varios medios de comunicación nos han preguntado por las dificultades y retos que se encuentran en las sociedades de acogida las personas que tienen que huir de sus países.
En el caso de las personas afganas, se añaden las consecuencias de una salida tan repentina. Hay que tener en cuenta que el proyecto migratorio de una persona se inicia en el momento en que toma la decisión de irse de su país y comienza a planificar su viaje. Toda esta fase ayuda a prepararse emocionalmente para la nueva vida que vendrá. Las personas que han tenido que abandonar el país de un día para otro no han podido hacer este proceso. Además, no tener tiempo para planificar la salida ha comportado que no hayan podido recopilar toda su documentación. Algunas personas tuvieron que destruirla para evitar que fuera detectada por los talibanes.
Queremos destacar que, a pesar de la situación tan compleja, las personas que estamos acompañando ya han ido superando aquel estado de shock inicial y están haciendo todo lo necesario para rehacer su vida. Han iniciado los trámites burocráticos correspondientes, están aprendiendo la lengua de la sociedad de acogida, las niñas y niños ya han comenzado el curso escolar, etc. Algo que deberá esperar y que es uno de sus principales objetivos es conseguir un trabajo. No será hasta pasados seis meses desde que hayan formalizado su solicitud de asilo que recibirán la autorización para trabajar. Esto genera frustración ya que no permite tener una estabilidad ni ayudar a las familias. Tampoco la homologación de los títulos obtenidos en el país de origen es un proceso ágil y sencillo, lo que disminuye sus oportunidades laborales.
Para afrontar este difícil proceso, además de garantizar que sus necesidades básicas estén cubiertas, ofrecemos una acogida integral que contempla acompañamiento jurídico, apoyo social, comunitario y psicológico, de inserción laboral y de aprendizaje del idioma.
Vías seguras
Así como aquel estado de shock inicial en el que llegaron las personas procedentes de Afganistán va quedando atrás, no lo han hecho el miedo y la angustia por lo que pueda pasar a sus familias que no han podido salir del país. Miles de personas siguen intentando huir, por lo que reclamamos que se establezcan corredores humanitarios para facilitar la llegada de las personas que consigan salir del país.
En este sentido, somos muchas las entidades que llevamos tiempo reclamando que se habiliten vías legales y seguras para que las personas no tengan que poner en riesgo sus vidas. Según datos del proyecto Missing Migrantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 1.000 personas han muerto mientras intentaban llegar a Europa por vía marítima durante los primeros seis meses de 2021, el doble respecto todo el 2020. Esta cifra podría ser aún mayor, ya que no contabiliza a las personas desaparecidas cuya muerte no se ha podido verificar. Es urgente y esencial garantizar estas vías seguras para proteger la vida y el derecho de asilo de todas las personas.
Compromiso con la acogida
En Bayt al-Thaqafa reivindicamos que el compromiso con las personas se mantenga mientras dure su situación de vulnerabilidad. Las personas solicitantes de protección internacional que reciben una resolución negativa deben abandonar el programa en un plazo de 15 días. A menudo son personas que aún no han logrado la autonomía necesaria, por lo que seguimos acompañándoles, aunque estén ya fuera del programa estatal de acogida. Es necesario un cambio de enfoque orientado hacia una acogida real.
También es esencial el compromiso ciudadano. Tras la llegada a Bayt de las personas procedentes de Afganistán, recibimos mensajes de apoyo y fueron varias las personas que se ofrecieron para colaborar en lo que fuera necesario. Sin embargo, también hemos sido testigo de otras actitudes y discursos menos acogedores, pues aún persisten muchos prejuicios entorno a la migración. Desde Bayt seguiremos trabajando para combatir el racismo que aún está presente en nuestra sociedad y en las instituciones.
